¡Oviedo vuelve a Primera! Remonta al Mirandés 3-1 y rompe una espera de 24 años

El Real Oviedo ha vuelto. Después de casi un cuarto de siglo de ausencia, el conjunto asturiano regresa a la Primera División tras imponerse por 3-1 al Mirandés en un emocionante partido de vuelta del playoff de ascenso, celebrado en un Carlos Tartiere a reventar y teñido de azul. La gesta, que remonta el 1-0 adverso del encuentro de ida, desató una fiesta que la ciudad llevaba años soñando.
El encuentro arrancó con dramatismo. Panichelli, del Mirandés, silenció a la afición local al adelantar a su equipo en el minuto 16, dejando el global 2-0 y obligando al Oviedo a una remontada épica. Pero justo antes del descanso, apareció la leyenda: Santi Cazorla, a sus 39 años, convirtió un penalti con frialdad y devolvió la fe al estadio.
Con el 1-1 en el marcador, el Oviedo salió con todo tras el entretiempo. Ilyas Chaira encontró un balón suelto en el área y fusiló al portero rival para firmar el 2-1 en el minuto 52. El empate global encendía la tensión y empujaba el duelo al tiempo extra.
Ya en la prórroga, cuando los nervios eran protagonistas, apareció Francisco Portillo. En el minuto 103, el experimentado atacante clavó un golazo en la escuadra que selló el 3-1 definitivo y el pase a la gloria. La explosión de júbilo en el Tartiere fue inmediata: cánticos, lágrimas y abrazos coronaban una noche para la historia.
El técnico Veljko Paunovic, que asumió las riendas del equipo en la recta final del campeonato, no pudo contener la emoción. “El Oviedo el año que viene estará en Primera, y yo también”, dijo entre lágrimas tras el pitido final, mientras los jugadores eran ovacionados por una afición que jamás perdió la esperanza.
Desde Torrelavega, el cantante Melendi —reconocido hincha oviedista— celebraba en pleno concierto. Al enterarse del ascenso en directo, interrumpió su show para unirse al festejo y cantar a coro con el público: “¡Volveremos, volveremos!”. Y esta vez, el sueño se hizo realidad.
El retorno del Real Oviedo a la élite coincide casi con su centenario. Fundado en 1926, el club llevaba 24 años fuera de la máxima categoría, transitando entre Segunda, Segunda B e incluso luchando por sobrevivir institucionalmente. Hoy, ese sufrimiento se transforma en orgullo.
En contraste, el Mirandés se despide del playoff con la frente en alto. El modesto club burgalés firmó una campaña sobresaliente y rozó una hazaña histórica. Su fútbol valiente y su garra dejaron una huella imborrable, a pesar del desenlace adverso.
Para Oviedo, esta victoria no es solo un ascenso deportivo, sino un renacer emocional. La ciudad vive una jornada inolvidable, donde el fútbol vuelve a ser símbolo de identidad, resistencia y alegría colectiva. La Primera División les espera.